Ahí está tirado en una esquina
mi viejo caparazón.
Ahora que llega el frio lo
extraño y lo añoro.
Ese caparazón que me protegia,
unas veces disfrazado de inocencia,
otros de ignorancia y muchas
otras de valiente osadía.
Esta vez decidí dejar mi coraza,
enfrentar los sentimientos con valor
y entregarme sin miedo a lo que
depare ese al que llaman destino.
Camino como tortuga sin hogar
por el mundo, paso a paso
lentamente y con la vista perdida
en la lejanía.
Ay, caparazoncito mio,
que falta me haces en tiempo de frio.
Pero esta vez sin tí lo lograré y
al fin la encontraré.
Que filosófico estas esta mañana…. yo que lo releo y cambio automáticamente caparazón por piso!!!
Estaré obsesionada….?
Gordito Valiente… afrontando los retos de la vida y su destino… mmmmmmm
Mucha suerte 🙂
Pasito apasito !