Tranquilos, esto no va con la nefasta pesadilla de nuestra querida selección de fútbol. Esta vez voy a hablaros del sueño de una mujer que terminó ayer con un final apoteósico. La mujer, mi tía Alicia Sánchez, magnífica actriz de cine y teatro, que obtuvo el Premio Max en el 2002 (lo max en teatro español y con una obra que tuve la fortuna de poder ver y me encantó Panorama desde el puente) y con una amplia filmografía. El sueño, crear una escuela de teatro clásico en Alcalá de Henares. Su nombre, el Teatro del Mundo, y ha estado funcionando estos últimos años con gran interés por parte de sus alumnos participantes.
Mis hermanos David, Josecito y yo siempre hemos estado apasionados por una «asignatura» conocida cómo lucha escénica en la que se aprendía a dar mamporros de mentira, esgrimir un florete cual pirata del Caribe o rodar por el escenario.
Debido a la falta de financiación, podemos gastar millones en que nuestra selección pasee sus vergüenzas por el mundo, pero el teatro debe ser algo del medievo, la escuela ha tenido que cerrar. ðŸ™
Para celebrar el fin de lo que ha sido este maravilloso sueño, no podría haberse elegido otra obra que la Vida es Sueño de Calderón de la Barca. Con mi primo Pablo Turégano en el papel de Segismundo, el que bordó, imprimiéndole la fuerza, el carácter, el odio y la resignación que exigía el personaje. También hay que mencionar el precioso libreto editado por mi tío Roberto Turégano con el texto de la obra adaptada por mi tía. La verdad es que las cosas en familia tienen un regustillo especial, y por supuesto ahí estábamos los Tureganillos para despedir este lindo sueño.
«Que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son»