Hace tiempo que tenía ganas de escribir sobre este tema pero no había encontrado el momento o la inspiración, así que allá voy. Todo comenzó con un mensaje en una de las listas profesionales sobre software libre a la que estoy subscrito en la que se debatía la transformación que está surgiendo en muchos miembros de nuestra querida comunidad del software libre española y se acompañaba de la siguiente frase:
¿Cuántos de los de aquí no han cambiado su camiseta negra por un traje y una corbata?
Cómo podemos deducir la evolución de muchos de aquellos jóvenes entusiastas que empezaron a apoyar los ideales del software libre hace unos años ahora se han convertido en empresarios y/o profesionales del sector IT en el campo de las soluciones basadas en tecnología libre. En dicho debate aparecía el concepto, que ya he visto recalcado en muchos otros foros, de la importancia de deshacer la asociación que puede existir hoy en día entre software libre y esa panda de frikis pirados con camiseta negra y actitud antisistema. Siempre en favor de una visión mucho «más» profesional en la que se busca identificar el software libre con la empresa. He de decir que había opiniones para todos los gustos y que salieron algunas conclusiones interesantes, pero lo curioso del caso es que mi sentido al respecto se agudizó y empecé a prestar más atención en el discurso de muchas de las empresas del sector sobre este aspecto.
Cómo comentaba en mi resumen de la Whyfloss Conference de este año una de las posturas que más se repiten entre las empresas del sector del software libre es la de auto-proclamarse la mejor, la primera, la que más código libera, en definitiva la que «más grande la tiene» del mundillo. Podría ser una actitud comprensible, que no loable, pero no debe confundirse con atacar a las raíces de todo este movimiento, o dicho con ese bonito nombre, la comunidad del software libre. Y es que dentro de la comunidad hay cabida para todos ya seamos programadores, ciudadanos, empresarios, miembros de la administración, niños, etc…
Concretando un poco más, creo que es perfectamente compatible el mostrar que hay un modelo empresarial alrededor del mundo del software libre, con un futuro más que interesante, y no por ello es necesario atacar o restar valor al resto de integrantes del grupo.
Cómo siempre, que mejor que un ejemplo para ilustrarlo:
La hipotética empresa «OpenTools S.A.» está desarrollando una herramienta libre realmente interesante y por supuesto innovadora pero que a la que al poco tiempo le salen alternativas en software libre desarrollados por ejemplo por una universidad o por un grupo de desarrolladores independientes. Su discurso con toda probabilidad nunca pasaría al terreno técnico intentando demostrar por qué su herramienta es superior, que quizá lo sea, sino a desacreditar al resto indicando que no existe una empresa detrás para dar soporte o que a saber quién la ha desarrollado. Bueno, pues lo interesante del modelo del software libre, es que a veces el soporte podría ser asumido por una tercera empresa o incluso en algunos casos el soporte de la comunidad puede ser superior al que ofrecen algunas empresas, por mucho que parezca pesarles a algunos.
Hilando con el ejemplo anterior, pensemos en los casos en que se desacredita a un administrador cuando propone usar, para mí la mejor distribución en el «mercado», cómo es Debian, por el solo hecho de que no hay una empresa detrás. El historial de respuesta de Debian ante incidencias es bastante impresionante y el trabajo realizado por los desarrolladores y mantenedores de la distribución es increíble. Aún así, gracias a las bondades del software libre, podríamos encontrar muchísimas empresas que nos ofrecieran soporte para esta distribución y no estaremos obligados a descartarla. Ojo, no digo que siempre las soluciones ofertadas por empresas sean peores, sólo digo que ese sólo hecho no puede eliminar al resto de competidores.
Grandes proyectos se gestan al margen del control de las empresas y no por ello su valor ha de ser inferior, el desarrollo del Kernel de Linux o el proyecto Debian son buenos ejemplos e incluso aquellos basados en la alternativa de crear una fundación para respaldar el proyecto cómo puede ser el caso de Mozilla. Y lo mejor estos proyectos luego dan valor a las empresas a la hora de crear proyectos basados en ellos o que se puedan integrar en una solución más global.
Volviendo al tema de la camisa negra nos enfrentamos con otro tópico extendido en aquellos cortos de mente y es que un tío con corbata te va a ofrecer una solución más profesional que la que te pudiera dar alguien que viste una camiseta. No será la primera ni la última vez que me mencionan los clientes que es una alegría que haya llegado la gente que sabe y los encorbatados se hayan quedado en casa. Señores, si antes vestíais orgullosos vuestra camisa negra reivindicando las benevolencias del software libre muy posiblemente esta ya se haya tatuado sobre vuestra piel y quede bajo ese disfraz que a veces nos toca llevar al trabajar, pero es importante que no olvidemos el verdadero sentido de algo que va más allá de lo puramente económico y que nos ha dado tanto para llegar a dónde queremos estar: nuestra voluntad de ser libres, hasta en los casos en que vamos disfrazados.