La ciencia española no necesita tijeras

Hace un par de días vi esta campaña para protestar por el recorte que se va a llevar a cabo por parte del Estado en la inversión para Ciencia y Tecnología y no me he podido resistir a unirme.

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En un momento en el que queremos salir de la crisis de los especuladores mundiales y en particular de la burbuja «enladrillada» que hemos vivido en España es hora de cambiar de un «modelo de negocio» obsoleto a uno con futuro. Y, aunque algunos no lo vean, el futuro está en apostar por la investigación, por la ciencia y por el desarrollo de nuevas ideas. No, señores, reconstruir cada acera y cada glorieta de este país no es innovador. Igual puede seguir manteniendo el sector de los de siempre, pero en definitiva, al resto no nos deja más que unas aceras un poco más nuevas y algunos puestos de trabajo sin futuro.

Y no sólo bastaría con invertir, sino que hay que cuidar que esa inversión germine y crezca con fuerza y para eso hay que empezar por cambiar muchas concepciones. Hay que cambiar el modelo de investigación en la Universidad, cada vez más devaluado, para que esta no se convierta en mera meritocracia de los investigadores y en una búsqueda de mejorar la posición de estos en la Universidad. Esta investigación tiene que tener aplicaciones posteriores en la empresa y en la sociedad. En el campo de la informática no veo otra forma de que esto llegue a buen puerto sin que sea a través del Software Libre y los estándares abiertos. En el mundo de la empresa debe servir para colocar a estas en primera línea de esa palabra que tanto gusta hoy en día: la innovación, con la creación o mejora de nuevas ideas y productos que les permitan competir en un mundo que cambia cada día. Y para ello cómo comentaba antes, el estado, debe vigilar que esa inversión redunda en el beneficio de todos, y que no convertimos las subvenciones en investigación en algo parecido a las subvenciones que se ofrecen a agricultura por no cultivar ciertos productos, que terminan siendo más rentables que cultivar, por lo que, ¿para qué vamos a cultivar?

Definitivamente, la ciencia española no necesita tijeras, en todo caso un bisturí para remodelarla, y por supuesto un impulso total por parte de nuestros dirigentes.