Una de las cosas que me encanta de Madrid es la increíble cantidad de cosas que hay para ver y hacer no sólo en la parte lúdica y cultural, sino para alimentar nuestro lado más geek. Cada año cuando me enteraba de que se iba a celebrar la MadriSX se me ponían los dientes largos y pensaba ¿merecerá la pena pillar un tren para pasar un día entre mis cacharrejos favoritos? Bueno ahora tengo la suerte de poder pillar un metro y en menos de media hora estar ahí. ¿Algo bueno tenía que tener no?
La rebautizada MadriSX, ahora llamada Retromadrid para abarcar un concepto más amplio ya que hay cosas de spectrum, amstrad, atari y muchos otros, así cómo consolas antiguas y muchas otras cosas, es una auténtica pasada. Aunque ocupa sólo una sala pasear entre todos esos portentos de 8 bits, ver pantallas de tus juegos favoritos aunque sea sobre el fosforo verde y ver que todavía se desarrolla para estas plataformas te hace estar un par de horas con cara de niño. Hasta puedes estar un buen rato jugando al pacman cómo si fuera la última novedad y pensar: eso sí eran juegos.
Tuve en mis manos el One Chip MSX y me encantó, tanto que me dieron ganas de pillarme uno, pero sé que mi viejo Mitsubishi MSX 2 se habría sentido celoso y conseguí mantenerme fiel. También me encantó echar una partidilla con el mando de la Megadrive, el de seis botones, y recordar el funde que le he dado al mio. Lo que eché en falta este año fué el juego de los patos de la NES en el que año pasado tuvimos un buen pique.
En el post del año pasado dejé un listado de palabras que me producen esa sensación de volver a ser niño.